te propongo
martes, 7 de octubre de 2025
viernes, 3 de octubre de 2025
Aunque nunca tuvimos un título, ni un “somos algo”, ni un lugar al que llamar nuestro.
Nunca nos tomamos de la mano en la calle, ni publicamos fotos en pareja, ni nos dijimos “feliz aniversario”.
Pero tú y yo… sabíamos.
Sabíamos que había algo.
Que cada vez que nuestras miradas se cruzaban, algo dentro se encendía.
Que nuestros silencios hablaban más que mil conversaciones.
Que los pocos momentos que compartimos fueron tan intensos que no importaba su duración… porque nos marcaron para siempre.
Fuimos eso que no se nombra.
Eso que no se espera, pero llega.
Eso que duele más que un amor terminado… porque nunca comenzó de verdad.
Tú apareciste cuando yo todavía recogía los pedazos de un pasado que me rompió.
Y yo llegué justo cuando tú ya habías acomodado tu vida para que nada ni nadie la desordenara.
Coincidimos… pero no encajamos.
Fuimos un “casi”.
Un “qué hubiera pasado si”.
Un capítulo sin título, pero con todas las emociones de una historia completa.
Y por eso duele.
Duele porque no hubo traición, ni gritos, ni promesas rotas.
Solo hubo amor… en el momento equivocado.
A veces, en medio del ruido del día, me llega tu recuerdo como un susurro.
Y sonrío.
Porque aunque no fuiste mío, me dejaste memorias que todavía me calientan el alma.
Y otras veces, confieso, lloro.
Porque uno no olvida a quien le movió el corazón sin siquiera tocarlo del todo.
Tal vez en otra vida.
Tal vez si hubiéramos llegado antes.
O si el destino se hubiera apiadado y nos diera solo un poquito más de tiempo.
Pero no.
Nos tocó ser ese amor que no se vive… solo se sueña.
Ese que no se presume, pero se recuerda.
Ese que se lleva en el pecho como una cicatriz hermosa y dolorosa a la vez.
Gracias.
Por llegar.
Por enseñarme que existe un amor tan profundo… que no necesita nombre.
Y aunque la vida nos haya puesto en caminos distintos, siempre serás mi amor imposible favorito.
Fuimos todo lo que dos almas pueden ser.
Aunque el mundo nunca se enterara.
Aunque al final… no fuimos nada.
jueves, 2 de octubre de 2025
viernes, 15 de agosto de 2025
😞
Miren que tremendo texto... Enamórate de un señor… pero no de cualquiera.
Enamórate de uno que no tenga miedo a envejecer… pero sí miedo a perderte.
Uno que tenga hilos de plata en el cabello y cicatrices que no presume… pero que te cuente historias con solo mirarte.
Uno que no te escriba cada cinco minutos… pero cuando lo haga, te tiemblen hasta las rodillas.
Porque un señor no compite con niños.
No promete lo que no puede cumplir.
No te seduce con filtros ni con frases de Instagram.
Te seduce con presencia, con palabras que acarician, con silencio que no incomoda.
Un señor no necesita tocarte para erizarte.
Te recorre con los ojos, te protege con sus manos, y te respeta con el alma.
No busca jugar. Busca construir.
No te ama como a todas… te ama como a ti.
Y no te presume: te cuida.
Ese tipo de hombre no aparece a los veinte. Aparece cuando la vida ya lo golpeó, lo reconstruyó, y aprendió que lo más valioso… no se encuentra en cuerpos jóvenes, sino en almas que saben quedarse.
Así que sí… enamórate de un señor.
De uno que no te vea como una aventura, sino como destino.
Que te trate como niña, te mime como dama… y te desee como mujer.
Y que, cuando te abrace, te haga olvidar cuántos años tiene… y solo te recuerde cuán viva estás tú.💖
Texto de Eduardo Galeano

 
 




